Traducción al español de Anna Rossell*
Tus halagos “la escritora, la poeta, no te podré alcanzar hasta que...”. Bien, lo que haces tú trabajando como trabajas a pie de calle, minuto a minuto, segundo a segundo, además de responder largamente a mis cartas y de enviar un poema de vez en cuando..., esto me lleva a creer en los milagros, porque lo de la multiplicación de los panes y los peces del Evangelio es pan comido, una anécdota casi ridícula, comparado con la multiplicación de tu tiempo, que haces tú a diario. ¿Cómo lo consigues? A veces pienso que tienes dobles que van por ahí haciendo tu trabajo y firman por ti. ¿Eres un pulpo? Pero aunque tuvieras muchos brazos, los pulpos sólo tienen una cabeza... .
Me gusta el interés que tienes en profundizar en el tema de las relaciones entre el continente africano y occidente. Como bien dices, "incluso en términos de biología la evolución comporta siempre una relación con el medio [...]. Ante un adversario más fuerte, una especie mal adaptada o más débil puede desaparecer". En esto estamos de acuerdo, y también en la otra afirmación que haces más adelante cuando dices que África y Europa se encuentran desde hace mucho tiempo en "una relación de fuerte/débil no superada con el advenimiento de las independencias".
También dices:
"Al mismo tiempo Occidente es maestro (un maestro que está perdiendo el timón de la nave) del ecosistema socioeconómico que domina el mundo (todo el mundo). Ha creado e impone un sistema que a pesar de sus cíclicas crisis económicas, cada vez más profundas, que ponen de manifiesto sus [enfermizas] causas sustanciales o estructurales, continúa siendo el sistema que rige las relaciones internacionales y la distribución de la riqueza y del poder. En este contexto, África será siempre la especie débil. Hasta aquí estamos muy de acuerdo: sus culturas, sus tradiciones, su modo de ser, siempre amenazado en el terreno de las relaciones internacionales".
También yo pienso que hasta aquí estamos muy de acuerdo, pero quisiera hacer una matización que me parece importante: Tú diece -refiriéndote a las relaciones entre Europa y África- que "Occidente es maestro" [la negrita es mía]. Yo no utilizaría esta palabra, la que he destacado en negrita, porque maestr@ lo es aquell@ que enseña, que transmite conocimientos y valores respetando siempre la autonomía y la libertad del/de la otr@, esta es condición por parte de quien es maestr@. Por parte del / de la discípul@, la condición es la voluntad de aprender y hacerlo en una situación de libertad. Se trata de una relación que presupone mútuo respeto y admiración, reconocimiento de los valores y de la capacidad del/de la otr@. Si estos supuestos no se dan, no hay enseñanza de maestr@, ni aprendizaje real. Estas condiciones no se dan en la relación Occidente-África de ningún modo, ni por parte del uno ni por parte del otro. Al contrario, siempre ha predominado en su relación la explotación económica y la voluntad de dominación religiosa (también después de las independencias, tanto por parte de la religión musulmana como de las diversas variantes de cristianismo -que tú y algun@s otros como tú, musulmanes y cristian@s, no os incluyáis en el grupo de quienes ejercen esta voluntad colonizadora no contradice lo que estoy diciendo, más bien sois la excepción que confirma la regla). Supongo que cuando has usado la palabra maestro te referías al hecho de que Occidente era el modelo que marcaba la pauta, porque más adelante vas por este camino cuando afirmas a continuación: "[...] el ecosistema socioeconómico que domina el mundo (todo el mundo)". [La negrita es mía]. El uso de la palabra domina va más en la dirección a la que yo me refiero porque memite a "dominación", a "explotación", a "imposición", a "extorsión", y todos estos términos implican que el/la otr@ no es libre ni tiene capacidad alguna de decisión.
Por esto cuando afirmas: "Pienso que en la situación actual ninguno de los dos puede pasar del otro. El reto de la trascendencia y del espíritu nos conduce al encuentro" pienso que das por hechas cosas que no han sucedido, cosas que es necesario que ocurran antes de que se den las condiciones para este encuentro. Las palabras que empleas "pasar del otro" me hacen pensar que no me expresé bien: de ningún modo pienso que Occidente o África haya de "pasar del otro". Abstenerse no es pasar del otro, más bien todo lo contrario: yo diría que esta expresión se ajusto mucho más a la situación actual, porque pasamos del /de la otr@ cuando lo menospreciamos, cuando no l@ respetamos, cuando l@ vemos según un prejuicio. No, abstenerse, no intervenir en cuestiones donde otr@s deben decidir, es, en cambio, un gesto de respeto y una mirada de igual a igual hacia el/la otr@.
Y sigues diciendo:
"Tú llevas el dominio y la relación fuerte/débil más lejos, hasta la cuestión del desarrollo y los modos de funcionar de las estructuras que dependen de los gobiernos (dominados por Occidente) o de ONGs (dominadas por el voluntariado y los medios de Occidente).Para cambiar el dato sería necesaria una revolución en el interior de los países dominadores y en consecuencia de los países dominados. ¿Y quién puede conducir esta alternativa? Y esta valentía y capacidad de movilización?".
Sí, la llevo hasta el último extremo, inclulso hasta el ámbito de la así llamada "ayuda humanitaria" (ONGs, voluntariado, ayuda gubernamental, etc.), pero mis argumentos ya te los di en mi última carta, no sé si seré capaz de añadir alguno nuevo. En cualquier caso, resumiría mi razón en el hecho de que, incluso con la mejor voluntad, incluso cuando creemos que estamos haciendo el bien, lo hacemos desde nuestro punto de vista occidental y no nos damos cuenta de que juzgamos los valores africanos como 'inferiores', como 'menos civilizados', como 'primitivos', aunque lo neguemos, es así. Vamos por el mundo pensando que el mundo es nuestro, pisando fuerte y pisamos todo lo que hay a nuestro paso con mirada soberbia y arrogante, no estamos (pre)dispuest@s a aprender de otr@s. Y esto nos ocurre de modo absolutamente inconsciente, sin mala voluntad; de l@s que actúan con mala voluntad no quiero ni hablar, en este punto estaríamos muy pronto de acuerdo. Y es por este modo inconsciente de actuar -y profundamente interiorizado-, por este complejo de superioridad que llevamos encima, por lo que te decía en mi última carta que, según lo veo yo, la gente de buena voluntad de Occidente nos deberíamos poner a disposición de la gente de buena voluntad africana sin tomar nosotr@s decisión alguna, ni una sola; nos deberíamos poner a sus órdenes y hacer lo que ell@s nos dijeran que hiciéramos y nada más (esto incluye, si ell@s nos lo piden, que les transmitamos nuestras experiencias técnicas en el campo que fuera, pero sólo si ell@s nos lo piden), porque nosotr@s tenemos los medios y ell@s no, pero las actuaciones deberían ser suyas y no nuestras, los modelos deberían ser los que ell@s decidieran, y no los nuestros.
Y dices:
"El error de tanto 'humanitario' y tanto 'intervencionismo' occidental en África radica en que se rige por leyes técnicas, comerciales y militares; hay mucha presencia 'corporal' y poca del espíritu. No lo entenderemos nunca desde nuestras perspectivas dualistas, [así nunca tendremos] la capacidad de separar y aislar un elemento y de extraer un análisis de las causas y proponer soluciones. Si existe un 'alma africana' y si existe un 'alma occidental', ambas son almas y no podemos sino entendernos y crecer juntas".
Entiendo lo que quieres decir, Xec, o eso creo, pero esto es una bella utopía. Como utopía pienso que es bueno decirlo y tenerlo presente -como a utopía, como objetivo a perseguir-; pero a mí me parece que ya hemos tenido tiempo suficiente para ver que esto en la práctica no funciona, no ha funcionado y no funcionará, si no nos imponemos en nuestra relación un comportamiento mucho más radicalmente abstencionista por parte de Occidente, del estilo que te proponía más arriba. Como bien dices, la relación Occidente-África se rige sobre todo "por leyes técnicas, comerciales y militares", y conviene que esto cambie.
En este sentido, la ayuda humanitaria (tanto gubernamental como no gubernamental -que, de hecho, también es gubernamental-) lo único que consigue es hacer apaños y retrasar la revolución necesaria, que deben hacer los países africanos para recuperar el rumbo de su historia. Como muy bien dices tú mismo, sería necesaria una revolución, aunque yo no lo veo exactamente como tú:
Dices:
“Para cambiar el dato, sería necesaria una revolución en el interior de los países dominadores y en consecuencia de los países dominados. ¿Y quién puede conducir esta alternativa? ¿Y la valentía y la capacidad de movilización? [La negrita es mía].
¡¡¿¿Los países dominadores??!! La revolución nunca ha venido de los países explotadores, sino siempre de los explotados, son ellos quienes deben rebelarse, contra los países dominadores y también contra los tiranos y dominadores del propio país. Ésta es la revolución necesaria (y pendiente; l@s african@s deben hacer su propia Revolución Francesa, y quiera Dios que sea sin guillotina, pero lo veo difícil, tal como se están comportando los países explotadores... En las revoluciones siempre han rodado cabezas, por desgracia, pero parece que no existe otro modo de hacerlas).
Como ves, hablo en términos extremos con la intención de que se vea claro qué quiero decir, en qué dirección pienso yo que debieran ir los hechos. Pero también creo que sería deseable -y no implsible- que el cambio radical en esta relación África-Occidente se produjera sin revolución sangrienta. ¿Por qué no habría de ser posible? Pero ell@s y sólo ell@s deberían hacerla, solos. De hecho, incluso creo que esta opción es más factible que la de una revolución al estilo tradicional, porque entonces necesitarían armas, y se las comprarían a Occidente, con lo cual ya estaríamos de nuevo en aquella relación de dependencia no deseable... .
Precisamente en África, donde casi todo está por hacer, esto sería relativamente fácil. ¿No lo hizo Tomás Sandará en Burkina Fasso como presidente con sólo treinta y pocos años? Por esto lo mataron..., no interesaba que trabajara honradamente para la mayoría e impedir así que unos pocos se hicieran inmensamente ricos, sólo ell@s; no, no interesaba. Probablemente la solución de estos países donde las independencias no han funcionado como tant@s hubieran deseado pasa por eliminar el ejército; sin poder militar, el poder civil no tendría el general de turno que lo apoyara o lo amenazara y el diálogo sería más fácil. El ejército en estos países sólo está al servicio de la ilegalidad.
Y dices:
"He puesto ejemplos que bastantes intelectuales africanos denuncian como causas de 'l'Afrique qui refuse le développement' ['el África que rechaza el desarrollo'] y que nos recuerda que el recurso a los valores tradicionales en manos de políticos libertadores han hecho mucho daño a este continente".
Sí, las esperanzas que se habían puesto en las independencias fueron muy desilusionadoras, pero es que las que eran esperanzadoras fueron truncadas, y no sólo con el asesinato de Tomás Sankará, también mataron a otros presidentes no corruptos en quien tanta gente tenía puestas sus ilusiones. Y seguro que detrás de los asesinatos había la mano de Occidente... .
El hecho que políticos "libertadores" africanos hayan hecho mucho daño al continente no debe conducir a pensar que no haya polític@s africanos capaces y honrad@s, una situación indeseable nunca es irreversible, por más difícil que se presente la reversión. Y sería demagogia afirmar que todo un continente es corrupto. Hay que encontrar la vía del diálogo, como por ejemplo este intento del presidente de tu país, que quiere crear una comisión donde estén representadas todas las organizaciones políticas y espirituales para preparar unas elecciones en convivencia.
Sé que, como dices, hay much@s african@s que entenderían esto que ahora digo como una regresión no deseada al primitivismo, como un rechazo del desarrollo. Pero nada más lejos de mi voluntad: lo que pretendo decir es que lo que quieran o no quieran hacer debe partir de una decisión exclusivamente suya, de su voluntad, sin intervención nuestra de ninguna clase. Sólo debe partir del diálogo interno de cada uno de los países africanos. Si en una de mis últimas cartas elogiaba la alusión que hacían los dos religiosos de la comisión de Guinea-Conakry a la recuperación de valores tradicionales africanos, lo hacía tan sólo desde esta convicción mía de que es un buen punto de partida, en el sentido que pienso que ell@s deben planteárselo todo de nuevo: qué quieren de sus tradiciones, qué no quieren, qué quieren cambiar, qué no. Y estoy segura de que, para mucha gente -como ya te decía en mi carta- oír esto, leerlo, ha representado un abrazo, un sentirse querido, una inyección de autoestima que les ha permitido recuperarse de tantos siglos de menosprecio y humillaciones. Este paso hay que darlo, y ell@s deben decidir.
Cuando dices: "En la relación con el Otro tenemos tanta historia detrás que nos cuesta liberarno de complejos. El occidental, del complejo de culpa y de prepotencia; el africano, del complejo de colonizado y de primitivo. Esto me parece que es lo que domina en primer término nuestro subconsciente, lo que nos trabaja por dentro, de lo que tenemos que liberarnos", pienso que la única manera de hacerlo sería por esta vía.
Tampoco se trata de romper todo tipo de relación con Occidente, no se trata de eso, sino de decidir qué tipo de relación quieren tener con este Occidente, decidirlo libremente y sin presión de ningún tipo. ¿No la tienen China e India, países cuya economía ha dado un salto de gigante?
También insistes en el punto de la religiosidad, que piensas que debería conducir más nuestros actos como herramienta para trascender los complejos que nos dominan: el de la culpa (por parte de occidente) y el de dominado y primitivo (por parte del/de la african@). Y sí, también yo estoy de acuerdo. Pero intuyo que tú hablas de religiosidad en un sentido más estrictamente religioso que el mío. Yo entiendo por religiosidad también aquella predisposición abierta y humilde de acercarnos al/a la otr@ como a un igual-diferente, como a un igual cuyas diferencias de mí son tan válidas como las mías para ell@; el acercamiento sólo será posible sobre esta base de respeto mútuo. Es necesario estar dispuest@ a aceptar que habrá cosas que no me gustarán entre estas diferencias y ver que a est@ otr@ le ocurrirá lo mismo con las mías y que también ell@ habrá de hacer un esfuerzo. Cuando hablas de paz, de justicia, de realización plena de la persona..., todo esto tiene infinitas definiciones, según los diferentes puntos de vista..., pero el entendimiento es posible; los seres humanos no somos tan distintos, de hecho. Los problemas vienen por no jugar limpio, por anteponer intereses personales, de grupo, de país, de..., o bien por no mirar al/a la otr@ de tú a tú.
Tú recuerdas aquella afirmación: "Alguien dijo que el XXI será espiritual o no será", supongo que quien lo dijera -tampoco yo recuerdo de quién es la sentencia- se refería a una espiritualidad de este tipo. Así lo espero.
Recibe un abrazo muy fuerte,
Anna